Editorial: Edge Entertainment.
Fecha de publicación: Febrero
2017.
Págs.: 244
Precio: 8,95€
ISBN: 9788416357215
Tema de la
antología: Horror cósmico, relatos ambientados en la obra de H.P. Lovecraft y
los Mitos de Cthulhu.
En esta
ocasión, y no es muy frecuente, voy a reseñar un libro, una antología de
relatos de varios autores alrededor de un tema central: Lo Mitos de Cthulhu y
el horror cósmico. La editorial Edge Entertainment, que además de juego de mesa
también lanza volúmenes alrededor del universo lovecraftiano, no ofrece en esta
ocasión una colección de doce historias variopintas, donde se reflejan diversas
ópticas alrededor de este subgénero del terror oscuro y mágico.
Conste que lo que
vais a leer a continuación son solo mis impresiones como lector, no soy crítico
literario ni tampoco nadie para juzgar el trabajo de otros. La única intención
es comentar lo que vais a encontrar en este libro de formato pequeño y precio
muy asequible, y que además garantiza muy buenos ratos para los amantes de la
literatura de género.
Vamos relato
por relato:
· *Bajo la pleamar, de Israel Quevedo. Relato de
ambientación decimonónica y gris, que empieza con la llamada de un viejo amigo
de la universidad para que el protagonista acuda ante una urgencia, después de muchos
años y de una despedida un tanto extraña. Se trata de un relato largo y con un
final muy en línea con los recogidos en los Mitos de Cthulhu.
· * El extraño caso de Ricoletti y su abominable
esposa, de Alejandro Morales. Bajo un planteamiento inicial similar al
anterior, en este caso es un abogado el que visita a su hermano, que quedó
atrás, al lado del mar, bajo el influjo de… mejor que lo leáis, digo yo. Como
curiosidad, resulta que Ricoletti es un nombre de pila, no un apellido, para mi
sorpresa.
· * Deriva, de Beatriz Troitiño. Un náufrago en medio
del mar, una espesa masa de niebla que se acerca… a ver quién se resiste,
amantes del misterio. No puedo contar más porque destripo la criatura, que me
perdone la autora.
· *La flauta en la oscuridad, de Jorge Rubén del
Río. En este caso todo ocurre en una selva tropical, durante una expedición
para encontrar una tribu perdida. ¿La encontrarán? ¿Será como ellos piensan? Trepidante
hasta el final, que nadie se lo pierda.
· *L’autel de couchage, de Dani Guzmán. Espero
haber escrito bien el título. Agente del FBI que es llamado para investigar la
desaparición de varias mujeres en los pantanos de Florida. Los lugareños, un
tanto raros, cual corresponde. Y en medio del pantano… vaya, si lo cuento no
tiene gracia, ¿no?
· *On air, de Xuan Folguera. Relato diferente a los
demás en su ambientación, dentro de un reality
en la actualidad. Todo parece ir sobre la marcha hasta que empiezan a darse
circunstancias “anormales”. No siempre
es conveniente transmitir en vivo.
· *Viaje al extranjero, de Lorena Delgado Hermoso.
Un bebé muy deseado, pero que al crecer muestra tendencias algo “diferentes”.
El mejor día para demostrarlo, el día de su comunión. Aquello de La profecía
palidecerá al lado de esta historia corta.
· *El alzamiento, de Esteban Dilo. Un trío de amigos
en un experimento sociológico con una tribu perdida en una isla remota. Pretenden
estudiar sus ritos y lo que encuentran es… sus ritos, por supuesto.
· *La llamada, de Joan Álvarez. Una reunión de
viejos amigos, separados por la vida pero con carreras exitosas. Uno de ellos,
el más rico y excéntrico, es quien convoca al grupo. Sin embargo, el motivo de
la llamada no parece ser la propuesta de una nueva colaboración conjunta.
· * R’lyeh, el barco en la tempestad. Un cuadro tan
realista como extraño, que desata oscuros sueños en el protagonista. Este se ve
obligado a averiguar más sobre el autor de la pintura, lo cual le lleva a un
pueblo costero donde el párroco es… especial, digamos.
· * El sello de Ponapé, de Aitor Solar. Otro relato
largo para cerrar la antología. En este caso, una coleccionista de sellos se ve
envuelta en una investigación, “animada”, por así decirlo, por unos extraños
que provienen de una remota isla del Pacífico. Poco a poco se va desgranando una
historia que acabará en un curioso final, solo apto parq amantes de los giros
finales.
En resumen, un
poco de todo bajo un denominador común: Cthulhu espera dormido en la ciudad
sumergida de R’lyeh. ¡Iä! ¡Iä! ¡Cthulhu! Para darse un buen rato disfrutando de
horrores primigenios surgidos de las profundidades.
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