Todo el mundo
debería tener, al menos una vez en la vida, un momento como el que un servidor
disfrutó el pasado sábado 9 de noviembre.
Ese
día tuvo lugar la puesta de largo de
Molobo, mi primera novela. Lo cierto es que la novia (es decir, yo) a punto
estuvo de llegar tarde a su propia boda. En realidad, mi padrino de extra lujo
(Magnus Dagon, nunca hubiera pensado que tomaría la alternativa de la mano de
un maestro de su categoría) y yo llegamos pronto, pero el encargado de la
tienda de La Casa del Libro en Alcalá de Henares nos sugirió ir a dar una
vuelta (equivalente a un “aquí no pintáis nada”) y casi se nos echó la hora
encima.
Cuando
llegamos el público ya estaba esperándonos como agua en mayo. Si yo fuera del
gobierno, diría que había unas 20 personas, si fuera de la oposición, 20.000.
La verdad es que habría unas 60 o 70, menos de las que yo esperaba, pues faltó
mucha gente que había confirmado su asistencia. Esto que veis aquí es aproximadamente
la tercera parte del populacho asistente.
Amigos,
familiares, alumnos, desconocidos (firmé ejemplares para gente a la que no
conocía de nada, supongo que pasaban por allí, se quedaron mirando y ¡compraron
el libro!
Todos
muy atentos a lo que yo iba a decir, así que cuando me acerqué el micro para
hablar llegaron los nervios, que habían estado bajo control hasta ese momento,
y me dejé la mitad de lo que había planeado contar en el tintero. Menos mal que
como era un poco de autobombo, nadie se dio cuenta. Aquí tenéis una foto del
momento crucial, la introducción a cargo de Magnus
He
de decir que tuve el enorme placer de conocer en persona no solo a Magnus, sino
también a otros compañeros de padecimiento, Luis González (Odín), aún más
simpático en persona, y Lg Morgan, encantadora como ella sola. Los tres me
hicieron el honor de acudir a hacerme compañía en un momento tan especial, y
desde aquí me quito el sombrero ante su talento
y sus respectivas carreras literarias. ¡De mayor quiero ser como
vosotros!
Para
el resto de asistentes no tengo palabras que puedan reflejar cómo me hicieron
sentir, tan atentos y emocionados. ¡Incluso rieron mis chistes (sin cobrar nada
a cambio, jajaja!!! – es broma)! Lo único que se me ocurre, lo que me sale del
alma, es que os quiero muchísimo, por más años que viva el tiempo no podrá
borrar la huella que quedó en mi corazón. ¡¡Mil gracias a todos!!
Si
en algún momento tuve dudas acerca de cómo iba a salir el evento, ahora solo
puedo decir
¡¡¡ A por la
próxima!!!
Enhorabuena, Vidal. ¡Vaya momentazo! Como dices al final de la reseña, ¡¡¡"a por la próxima"!!!
ResponderEliminarGracias Sandra!!!! El tuyo llegará en poco tiempo, que ya lo tienes por escrito, jajaja!!!! Ya verás qué sensación!!!
ResponderEliminarFelicidades! !! La vi el día que la publicaste esta entrada pero no quedó mi casa omentario. A veces no engancho bien desde el móvil. Ya ves, o quedan cinco mensajes repetidos o los borra jahs.
ResponderEliminarMe alegro que haya sido un gran día!
Besosss
Lo fue, Kary. Para la próxima te espero ¿eh? ;)
EliminarPero si había un lleno en la platea enorme!!!
ResponderEliminar60-70 personas son un montón!!!
Me alegro muchísimo y siento no poder haber ido. En la próxima no faltaré!!!
Un abrazo.
Los que había y los que habían confirmado y faltaron. Si llegan a venir todos no sé dónde nos habríamos metido. Fue un rsto divertido.
ResponderEliminarPara la próxima no tienes excusa, no. ;)