viernes, 2 de marzo de 2012

LA GRIETA (5 Y PENÚLTIMA)

   BUEN FIN DE SEMANA A TODOS!!!

   ESTA SEMANA HE AÑADIDO UN FRACASO MÁS A MI EXTENSA COLECCIÓN. OTRO CONCURSO SIN SABOREAR LA VICTORIA...

   A CAMBIO OS TRAIGO ESTA PENÚLTIMA ENTREGA DE "LA GRIETA". LA PRÓXIMA SEMANA EL INESPERADO FINAL DE ESTA INQUIETANTE HISTORIA.

   GRACIAS POR ESTAR AHÍ SEMANA TRAS SEMANA. SOIS LA LUZ QUE ME ILUMINA PARA PODER SEGUIR ADELANTE CON LA ESCRITURA.


Durante largo rato seguimos avanzando, en silencio. El aire escaseaba y costaba respirar con normalidad. Eloise se detuvo de repente. Todos nos quedamos fijos en aquel rostro tenuemente iluminado por la escasa luz de la pequeña linterna. Estaba mugriento, cubierto de barro, con zonas difuminadas por haberse restregado con las manos. Las lágrimas empezaron a labrar surcos a través de la suciedad.
- No puedo más. Me quedo aquí.
- Vamos –dijo Shanice con una voz de terciopelo que jamás le había escuchado -. Todos estamos cansados, pero lo lograremos. Saldremos de aquí.
- O quizás no –Eloise miró hacia atrás, como si pudiera ver en la oscuridad los cuerpos de los otros, que habían quedado ya muy atrás.
- Déjese de dramatismos estúpidos y siga adelante, señorita –espetó el señor Mills, que iba al final, de modo que prácticamente no se le veía-. No estamos para melodramas en este preciso instante.
- Tampoco estamos para aguantar capullos engreídos –replicó Shanice, aguda como siempre-. Tiene usted la sensibilidad en el culo, caballero. Si no permanecemos juntos es probable que no salgamos de ésta. Mírelo de esa forma, si lo prefiere.
No hubo réplica. Tras unos instantes de vacilación, los cinco reiniciamos la marcha. Bobby ni siquiera abrió la boca en todo el tiempo. En ocasiones, dudé si seguía junto a nosotros o se había quedado tirado en algún punto del camino, sin siquiera quejarse. Iba a preguntarle algo para romper su silencio, cuando la luz se apagó.
- ¿Qué pasa? –la pregunta la formulé yo, pero estaba en boca de todos.
Unos leves golpecitos, con la mano, se oían en la oscuridad. Era Eloise, peleando con la linterna.
- Yo diría que se han acabado las pilas.
- Si tenemos que caminar a oscuras, nos podemos despedir de la vida –afirmó Bobby a mis espaldas.
Durante unos eternos segundos nadie habló. Todos pugnábamos por sacar de dentro un coraje que ya nos había abandonado tiempo atrás. Miré hacia adelante en el túnel, desesperado.
- Es posible que no todo esté perdido –sonreí en la oscuridad.
Un leve resplandor se adivinaba más adelante.

4 comentarios:

  1. Calchlo yo que el resplandor qu ese adivina es el premio que se obtiene cuando la ocuridad deja de serlo.
    ¡Ánimo chico!. Ya llegará tu día.
    Acuérdate de aquello que dicen lo schinos y que luego arregló Jhon Lennon:
    "Nadie dijo que fuera fácil..............Dijeron que merecía la pena intentarlo!!!.
    Tienes muchos colegas como tú empeñados en ello.
    Un abrazo.

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  2. Pueeeeees no!
    No van por ahí los tiros, ni en el relato ni, desgraciadamente, en mi vida. Pero algún día sonará la flauta, digo yo.
    Gracias por los ánimos, ojalá el final no os defraude.
    Un abrazo grande, grande.
    A pesar de todo, intento sonreír todos los días un ratito, dicen que es bueno para la salud.

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  3. Yo te puedo decir lo que los niños y yo decíamos todos los días al comenzar la clase cuando estaba trabajando:
    "En la cara para sonreir, solo hace falta mover 4 músculos. Sin embargo para enfadarse hay que mover 35. Con lo cual es obvio que cuesta mucho menos trabajo sonreir que enfadarse.
    ¿Qué preferís que hagamos hoy???"
    Claro que tb es verdad que eran niños de 11 años.............
    Pero bien haría la humanidad si se enterara de algunas cosucas de estas.
    Un abrazo.
    ¡Ah!!!. y la vida todos la tenmos sumamente comprometida. ¡Te lo digo yo!!!.

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  4. Ya me figuro que no soy el único desgraciadillo que se arrastra por el mundo.
    Pero lo dicho, a tirar palante. No nos queda otra.
    ¡Un abrazo!

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