viernes, 9 de marzo de 2012

LA GRIETA (EL FINAL)

   BUENAS A TODOS!!

   ESTA SEMANA LLEGA EL ÚLTIMO PEDACITO DE "LA GRIETA". ESPERO QUE DURANTE ESTAS SEMANAS OS HAYA RESULTADO TAN ENTRENIDO COMO A MÍ DIVERTIDO.

   LA PRÓXIMA SEMANA COMENZAREMOS UN NUEVO RELATO. SERÁ EL JUEVES, PARA AQUELLOS QUE SE VAYAN DE FIN DE SEMANA LARGO.

   GRACIAS POR ESTAR AHÍ. UN ABRAZO.

Con cierta precipitación nos dirigimos hacia la luz. El suelo estaba resbaladizo y el olor se había vuelto más intenso, más fétido. Al cabo del túnel, desembocamos en una extraña habitación fabricada por la mano del hombre. El hedor era insoportable. La luz provenía de un punto lejano en un pozo que había en el techo. Desorientados, en la penumbra, finalmente fue Shanice la que nos sacó de la confusión.
- Estamos en un colector del alcantarillado. Por su aspecto, debe pertenecer a la red antigua. Por aquí no pasan las aguas residuales hace siglos.
Entonces abrió los ojo y la boca de forma desmesurada. Se había queda mirando fijamente a una de las paredes. Tres túneles se abrían al colector, pero Shanice miraba hacia la pared más lejana, sumida en la penumbra. Levantó un dedo acusador y una expresión de horror cruzó su semblante.
- ¿Qué pasa, Sha…? –no puede acabar la pregunta. Lo poco que me quedaba en el estómago salió a presión sin avisar.
Encadenados a unas argollas sujetas en la pared, colgaban flácidos los cuerpos de cuatro mujeres… muertas. Debían llevar allí un buen número de días, la putrefacción era evidente, pero eso no era lo malo. Lo malo eran… las mutilaciones.
Los cadáveres habían sido brutalmente apuñalados,  y a cada uno de ellos le faltaba algo, un dedo, una mano, un pie. Al acercarnos un poco vimos que a una de ellas le habían cercenado una oreja. En ese instante recordé algo.
- ¡Esto es obra del “asesino del regalo”! ¡Lo leí en el periódico la semana pasada! Se trata de un asesino en serie que secuestra a sus víctimas y envía a sus familias un paquete envuelto como un regalo con una parte del cuerpo de ellas. Sospechaban que se escondía en el alcantarillado, pero esto es como un laberinto. No sólo está la parte actual, sino también la red antigua, que ya no se usa. Ahí es donde hemos ido a parar.
- Pero eso significa… que el asesino puede estar cerca de aquí. Incluso vigilándonos. O que puede regresar en cualquier momento y sorprendernos admirando su…obra.
- En ese caso –dijo Shanice- lo mejor que podemos hacer es estar preparados. Busquemos algo que nos pueda servir como un arma.
- Si tiene un arma de fuego no tenemos nada que hacer –aduje.
- A esas chicas las han matado a cuchilladas, no a tiros. Pero aún así, le pillaremos por sorpresa –respondió ella, resuelta como de costumbre.
- Yo tengo esto –el Sr.Mills sacó de un bolsillo una navaja multiusos de un tamaño considerable. Nos quedamos mirándole, pensando qué impropio era aquel objeto en manos de un hombre de su posición-. No me miren así, la uso cuando voy a pescar.
- ¿Qué tal estos quitapenas? –Shanice había sacado, sabe Dios de dónde, un par de oxidados trozos de tubería del tamaño de un bate de béisbol-. Toma, copito de nieve, a ver qué tal te manejas –me lanzó uno de ellos, que yo cogí al vuelo.
- A mí me vale con esto –Bobby tenía en sus manos un puño americano. “Menudo rebaño más extraño hemos reunido”, pensé, pero en ese momento carecía de importancia. Lo único que había en nuestras mentes era la necesidad de salir de allí. Con vida.
Eloise se armó con una lima de uñas metálica, de aspecto filoso.
- Clavada en un ojo o en un oído puede hacer mucha pupa.
Inaudito.
- ¡Shhhh! Creo que he oído algo –susurró Shanice.
En silencio, nada se oyó durante unos segundos. Después, lejos aún, percibimos la voz de un hombre. Venía canturreando en voz baja.
- Nos ocultaremos en aquel recoveco. Cuando entre, saltamos sobre él a la vez. Somos cinco y él sólo uno. Si le pillamos por sorpresa, no tendrá nada que hacer. No le dejéis reaccionar, podría ser fatal para nosotros.
Asentimos con la cabeza y nos apretujamos en el lugar sugerido. El tarareo se iba acercando poco a poco. Yo casi ni me atrevía a respirar, por miedo a que nos oyera. Por el sonido, se diría que estaba tan sólo unos metros más allá. De repente, la canción se detuvo.
- ¿Hay alguien ahí?
Silencio. Yo temblaba como un flan.
- ¿Hola? -esperó unos segundos-. Joder, Joe, cada día te estás volviendo más neurasténico- y siguió canturreando.
Cuando una sombra apareció por la boca del túnel, nos echamos encima, gritando pateando, golpeando, acuchillando. El hombre intentó cubrirse con los brazos y se defendió al principio, pero casi de inmediato su cuerpo quedó tendido en el suelo. Los golpes y puñaladas siguieron durante unos minutos más, hasta que exhaustos, nos detuvimos.
- Pero, pero… -Shanice lo miraba, aterrorizada.
Todos seguimos su mirada hasta el bulto que yacía inmóvil.
Aquella masa deformada y sangrante llevaba un uniforme de policía.

7 comentarios:

  1. ¿Era el policía el asesino en serie o una víctima de la ciega precipitación azuzada por el miedo? Esa es la grieta que ahora se acaba de abrir ante mí...

    Enhorabuena por el relato.

    Feliz semana y mis acostumbrados saludos decadentes.

    ResponderEliminar
  2. Jejej...
    ¿Has visto "El silencio de los corderos"? Quid pro quo, teniente Starling, un secreto a cambio de otro.

    ResponderEliminar
  3. Eres mentalmente ágil... Quiero ver ahora si eres buen negociador. Mueve ficha.

    ResponderEliminar
  4. Dice el refrán: "Quien quiera peces, que se moje el culo"
    Si quieres tu premio, el precio será un poco alto (no en dinero, ojo, eso lo dejaremos para la publicación). Piensa que mis derechos de autor están en juego, y que han sido muchas, muchas horas de escribir (y pensar, y corregir, y establecer un hilo...) empleadas en ello.
    Este jueves comenzamos con nuevo relato, espero sea de tu agrado.

    ResponderEliminar
  5. Mis más sinceras disculpas por mi atrevimiento y mi falta de empatía. Vengo de otro entorno totalmente opuesto al de la escritura. Este factor, unido a la vida carente de dificultades que siempre he llevado, me mueven a actuar a veces de forma desconsiderada. Te deseo una justa recompensa a tu esfuerzo.

    Este jueves salgo de viaje hasta el domingo. Espero leerte a mi regreso.

    Saludos decadentes.

    ResponderEliminar
  6. Quizás no me he expresado correctamente. Discúlpame si te he resultado brusco.
    Lo único que quería decir es que creo más prudente esperar un poco. Yo estoy deseando de que todos podáis leer la novela y saber si os gusta (o no).
    Únicamente ocurre que tengo indicaciones explícitas de no difundir la novela, pero eso no quiere decir que no la puedas leer antes.
    Te lo explicaré un poco más en un correo privado.
    Es un palcer tenerte aquí (y a los demás) todas las semanas.
    Realmente me hacéis sentir como si fuera un excritor de verdad.
    Un saludo y buen viaje.
    Te espero a la vuelta

    ResponderEliminar
  7. Tranquilo, te has expresado correctamente, y soy yo quien resulta brusco pese al dinero que malgastó mi familia en prestigiosos internados para hacerme cambiar de naturaleza.
    Seamos pues pacientes y demos tiempo al tiempo.

    Gracias, Vidal y, como siempre... saludos decadentes.

    ResponderEliminar