viernes, 18 de mayo de 2012

LA BESTIA (X) + EL VERDADERO FINAL DEL CUENTO DE CAPERUCITA

   HOLA A TODOS

   ESTA SEMANA TRAIGO VARIAS NOTICIAS. EN PRIMER LUGAR, PARA LOS QUE NO ESTÁIS EN MI LISTA DE CORREO, YA SALIÓ EL NÚMERO 119 DE LA REVISTA MINATURA, EN EL QUE SE PUBLICA MI RELATO "ATADECER". LO PODEÍS DESCARGAR GRATIS EN PDF PINCHANDO AQUÍ. SI NO PODÉIS O QUERÉIS DESCARGARLO, OS LO PUEDO ENVIAR POR CORREO ELECTRÓNICO, PEDÍDMELO A KIKOINES@GMAIL.COM.

   POR OTRO LADO, ESTA SEMANA HE ESCRITO Y PRESENTADO A CONCURSO UN MICRO CON EL VERDADERO FINAL DEL CUENTO DE CAPERUCITA. SE TITULA "EL LOBO Y CAPERUCITA" Y ESTÁ COLGADO, JUNTO CON TODOS LOS QUE SE HAN PRESENTADO DE MOMENTO, EN UN BLOG. PARA VERLO PINCHAD EN EL SIGUIENTE ENLACE. LEEDLO Y YA ME CONTARÉIS QUÉ TAL. SÓLO SON 16 LÍNEAS...


   POR ÚLTIMO, AQUÍ TENÉIS EL QUE SERÁ EL PENÚLTIMO (O ANTEPENÚLTIMO, YA VEREMOS) CAPÍTULO DE"LA BESTIA". OS PUEDO ANTICIPAR EL TEMA DEL SIGUIENTE RELATO. ¿Y SI JACK EL DESTRIPADOR VOLVIERA A LA VIDA? CREO QUE SE TITULARÁ "JACK 12", AÚN NO LO HE DECIDIDO.

   HASTA PRONTO

La saeta silbó al partir presurosa, pasó entre las manos del Guardían y atravesó su corazón azulado, estrellándose contra la pared de piedra.
            - ¡No seas ingenuo! Crees que tus dardos pueden hacerme alg…
            En ese momento quedó inmóvil, petrificado. Una chispa saltó dentro de su etéreo ser, y Romeo pudo ver cómo su corazón azulado tornaba al rojo vivo, y estallaba en llamas. El Guardián permaneció extático un par de segundos antes de consumirse en una llamarada que dejó la estancia llena de un  humo negro y maloliente.
            - Tiago, despierta –le sacudió por los hombros- ¡Abre los ojos!
            Los abrió. Una rendija primero, luego de par en par. Tras unos instantes de confusión, pareció recordar dónde se hallaba y qué pintaba allí.
            - El fantasma… ¿Qué…?
            - Digamos que fue devorado por las llamas de su fuego interior –sonrió por la paradoja. Si estás bien, hemos de seguir adelante. Ven, aquí también hay una pócima.
            Se acercaron a un rincón con una inscripción en la pared. Romeo repitió el proceso. En el hueco había dos pequeñas botellitas de aspecto poco atractivo.
            - Sorpréndeme –dijo Tiago-. Es matarratas.
            - Huele como si lo fuera, pero no te matará.
            - Porque no soy una rata. Además los venenos para ratas deben oler bien. Si no, no se los comerían ¿no?
            - Nunca lo había pensado. Supongo que estás en lo cierto. Esto es una especie de reconstituyente. Restablece la salud al instante. Bébetelo. Nos va a hacer falta.
            Romero destapó su frasco y se bebió el contenido de un trago, aparentando bastante esfuerzo. Tiago abrió el suyo y cercó la nariz.
            - ¡Joder! ¡Esto apesta!
            - Nadie te ha dicho que lo huelas primero. ¡Bebe!
            En medio de una sinfonía de arcadas, Tiago hizo lo que se le había dicho. Al momento se sintió lleno de energía.
            - ¡Es cierto! Me siento como si pudiera… volar.
            - No te hará falta tal cosa. Por cierto, antes de que entremos en la siguiente sala, te diré que esa puerta es la última –dijo, señalando el cuadrado luminiscente multicolor en la pared-. Si quieres volver, tendrás que correr muy rápido para volver hasta  aquí. Te recuerdo que se activa poniendo la palma de la mano encima.
            - Pero no vamos a volver ¿cierto? Vamos a destruir a la Bestia.
            - Siempre he pensado que eras un fantoche. Ahora estoy seguro. En fin, ya está dicho. Abramos la siguiente puerta.
****
            La siguiente sala se encontraba sumida en la penumbra. No se veía el fondo. Dieron unos pasos, indecisos.
            - Me asombráis –la voz no sonó físicamente, sino que retumbó dentro de sus cabezas-. No puedo creer que hayáis llegado hasta aquí, pequeños. Parece que al final sí que voy a tener un poco de diversión.
            - ¡Muéstrate! –la voz de Romeo sonó firme-. Deja que te veamos.
            - Como gustéis, sea.
            Las antorchas se prendieron fuego en sus soportes sobre las paredes, revelando un trono al fondo. Se encontraba de espaldas a los chicos, de modo que no podían ver quién lo ocupaba. Una figura de estatura desproporcionada se puso en pie, dando un pequeño rodeo para colocarse a la espalda del trono, de frente a los muchachos.
            - Pe-pero… tú… no eres…. –Romeo tartamudeó, incrédulo. Tiago ignoraba el motivo del asombro de su amigo.
            - No, querido, no lo soy. No soy el Guardián de la Tercera Puerta. He preferido venir a recibiros en persona.
            Entonces todo tuvo sentido de repente para Tiago.
            La criatura allí plantada parecía carecer de piel. Los músculos, los tendones, estaban a la vista. Su rostro helaba la sangre, por entre los afilados dientes algo se movía, intentando escapar. Los ojos, amarillos, desprendían una maldad infinita. Una par de retorcidos cuernos remataban la figura.
            Era la Bestia.

4 comentarios:

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  2. Hola Vidal.
    Siguiendo tu consejo, acabo de terminar el microrrelato para el concurso de miNatura. A ver que tal se da...
    ahora paso a leer el tuyo.
    http://espiralesdetinta.blogspot.com.es/

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  3. Para comentar este episodio, si no te importa, prefiero esperar a leer el último capítulo. Cuando nos enfrentemos directamente con la Bestia, o con lo que sea de la especie que quiera ser.
    Aquí solo te diré que los dos, Tiago y Romeo son un par de seres atrpados en sus pensamientos................y que..............

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  4. Vaya!!
    Ahora el que se queda con la intriga soy yo. ¿Me vas a hacer la competencia?
    Un abrazo

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