viernes, 4 de abril de 2014

SOMBRAS (FINAL 1 DE 3)

   HOLA A TODOS

   SEMANA ESTA DE MUCHO QUEHACER PARA MÍ, Y ADEMÁS LLENA DE BUENAS NOTICIAS. PARA EMPEZAR, YA SE HA PUBLICADO EL NÚMERO 133 DE LA REVISTA DIGITAL MINATURA, SE PUEDE DESCARGAR GRATIS EN LA WEB DEL MISMO NOMBRE. HACE UN PAR DE AÑOS COLABORÉ CON ESTA REVISTA EN TRES NÚMEROS, Y LO HABÍA DEJADO APARCADO PERO ME ACORDÉ DE LO BIEN QUE ME HABÍAN TRATADO Y HE VUELTO. ESTA VEZ EL TEMA ERA "VAMPIROS" (IRRESISTIBLE). SI ESTÁIS INTERESADO DECÍDMELO, OS PUEDO FACILITAR EL PDF A TRAVÉS DE MAIL O DE FACEBOOK.
   POR OTRO LADO, YA ME HAN PASADO LA MAQUETA DE DOS LIBROS QUE CONTIENEN RELATOS MÍOS. UNO DE ELLOS ES EL RECOPILATORIO DE HISLIBRIS, EN EL CUAL SE HALLA "LA ETERNA SONRISA", Y EL OTRO ES EL VOLUMEN 3 DE LA FACTORÍA DE LITERATURA STEAMPUNK "PLANES B", DEDICADO EN ESTE CASO AL RETROFUTURISMO. EN UNAS SEMANAS AMBOS SALDRÁN A LA VENTA.
   POR ÚLTIMO, OS TRAIGO EL FINAL DE "SOMBRAS". COMO ES UN POCO LARGO Y PARA QUE NADIE SE ABURRA, LO HE DIVIDIDO EN TRES PARTES, LA PRIMERA OS LA DEJO AQUÍ COLGADA ESTA SEMANA.
   HASTA PRONTO, QUE LO DISFRUTÉIS.

Susan despertó en medio de la noche. Algo la había sacado del sueño. A su lado estaba Lorraine, profundamente dormida. Ni siquiera se había enterado cuando la niña había venido a su cama. La acarició el pelo. Estaba muy preocupada por todo lo acontecido. No porque su hija viese fantasmas, sino porque creía verlo, y eso, a su modo de ver, indicaba algún tipo de trastorno o afección oculta. Quizás la pequeña había sufrido una impresión o trauma, pero si ese era el caso ella ya no sabía qué hacer. Habló con su tutora en el colegio, y esta le había dado referencias inmejorables: su hija era una niña encantadora y popular, el resto de compañeros siempre querían estar con ella y su comportamiento y calificaciones eran inmejorables. Si existía un problema, no estaba allí.
            Ella se devanaba los sesos intentando recordar si en alguna ocasión, por mínima que fuese, Lorraine había mostrado algún signo de temor, si había sufrido un sobresalto, quizás un golpe, pero no consiguió recordar nada significativo que pudiese haber afectado de forma especial.
            La luz que penetraba por la ventana, proveniente de las farolas de la calle, le permitió apreciar un detalle. Las manos de la niña estaban apretadas, estaba sujetando algo con fuerza. Con suma delicadeza, le abrió los dedos sin despertarla para ver qué era. Lorraine se rebulló un poco, pero siguió durmiendo.
            Susan extrajo el objeto y lo contempló. Se trataba de un broche. Los filos metálicos relucían ligeramente. Tenía la forma de una mariposa, un extraña mariposa oscura, quizás negra, aunque no podía apreciarlo sin dar la luz. Perpleja, hizo un esfuerzo por recordar si había visto el broche antes, pero no era así. Jamás había visto algo parecido, ni tenía la más remota idea de quién podía habérselo dado a su hija. Tanta acumulación de circunstancias anómalas se le antojó bastante siniestra en aquel momento, a altas horas de la madrugada. Volvió a poner el broche en la mano de su hija y se recostó sobre la almohada, cerrando los ojos. Al día siguiente le preguntaría a Lorraine.
            Acababa de traspasar el umbral del sueño cuando despertó de nuevo, esta vez con la certeza de que había escuchado algo. Permaneció inmóvil unos segundos a la expectativa, pero el silencio era absoluto. Alargó el brazo para encender la lámpara de la mesilla  y miró el reloj. Casi las cinco. Cuando tuviese que levantarse a las siete estaría hecha polvo con tanta interrupción nocturna. Apoyó la cabeza sobre la almohada y cambió de postura. Entonces lo oyó.
El sonido le llegaba como ahogado, parecido al que la hace una alfombra cuando la sacuden si uno lo está escuchando desde otra habitación a través de una puerta cerrada. Lo siguiente que se le pasó por la imaginación fue que lo que estaba escuchando eran pasos, el roce de unos pies cubiertos por algo suave y blando, o como si estuviesen caminando sobre moqueta. Pero ella no tenía moqueta en casa. Los suelos eran de tarima, y cualquier calzado sonaría más nítido. El sonido pareció disminuir de intensidad, igual que si los pasos que había imaginado se alejaran, pero luego volvió. Ahí estaba, inconfundible. Dentro de la casa.
Sin encender la luz, se levantó y se enfundó las zapatillas. No podía permanecer allí sin hacer nada. Seguramente era una tontería, pero no podría pegar un ojo con ese soniquete atormentándola. Se dirigió hacia la puerta y la abrió lentamente, procurando no hacer el más mínimo ruido. Con cuidado, una rendija nada más.
Todo estaba oscuro fuera de la habitación. «Demasiado oscuro», pensó. Totalmente negro. El sonido no había cesado, le pareció localizarlo abajo, en el salón o quizás en la entrada de la casa. Le llegó también un extraño olor, como el que desprende una alcantarilla en verano, cuando se secan. «Todo esto es muy extraño», el eco rebotó en su mente. Si tan siquiera tuviese algo para defenderse… sonrió. Sí que lo tenía, en la habitación de Lorraine. Se descalzó para poder caminar en silencio y salió al pasillo. Recorrió con sigilo los escasos tres metros que separaban ambas puertas. Por fortuna, la de su hija se hallaba abierta.
Entró y fue directa al armario empotrado de su hija. También abierto. Deslizó una mano y fue palpando en el interior hasta que halló lo que buscaba. Largo, liso y duro. El bate de béisbol de Lorraine. Lo asió con fuerza y de inmediato se sintió más segura. Pisando con extremo cuidado volvió al pasillo y empezó a bajar los peldaños de la escalera uno por uno, sin prisa. La negrura era tan completa que ni siquiera podía ver sus propias manos, así que extendió una mano hasta tocar la barandilla para guiarse.
Entonces su pie se enredó en algo suave y sedoso, se desequilibró y cayó en la oscuridad. Gritó, no pudo evitarlo.
Sin embargo, no llegó a tocar el suelo. Quedó suspendida allí, flotando sobre algo que la retenía, como un colchón invisible. Tampoco oyó caer el bate, que se le escapó de las manos. ¿Cómo era posible?
Volvió a escuchar el ruido, siseante, algo se arrastraba no muy lejos de ella y hacía vibrar la materia que la mantenía suspendida.

7 comentarios:

  1. Ahora voy al pueblo. Cuando venga lo miro.
    ¡Feliz día!!!!!!!!!!!.

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  2. Se te da bien el suspense. Enhorabuena por la publicaciones. Te sigo leyendo.
    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Yo diría que lo mío es el suspense, no el terror, como todo el mundo se empeña en decir, jeje. Eso suponiendo que se me de algo bien, que aún no está probado.
      gracias, Mar!!!

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  3. Uyy cuanta intriga! Me voy a leer la continuación jijij esto es lo bueno de leer dos capítulos juntos! Jaja
    Te felicito, me gusta la historia. :)

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  4. Antes de leer y que se me olvide yo si quiero el pdf o el word de los vampiros ese y el enlace del nº 133 de Minatura para descargármelo si puedes ponerlo. Luego te hago el comentario porque aún no lo he leído.

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