viernes, 16 de noviembre de 2012

IDA... Y VUELTA (IV Y ÚLTIMA)

   BUENOS VIERNES:
   EN ESPERA DE NOTICIAS SEGUIMOS ESTA SEMANA. PRONTO SALDRÁ EL NUEVO NÚMERO DE MINATURA, BAJO EL LEMA "EL UNIVERSO DE STEPHEN KING", Y EN ÉL VA INCLUIDO UN MICRO ESCRITO POR EL MENDA Y QUE GUSTÓ MUCHO A LA DIRECCIÓN DE LA REVISTA.
   MIENTRA TANTO, OS DEJO EL FINAL DE "IDA... Y VUELTA". LA SEMANA QUE VIENE ESTRENAREMOS RELATO Y AVENTURA.
   BUENA SEMANA A TODOS.
 
Avanzaba a toda velocidad entre la gran cantidad de gente que abarrotaba las aceras de la ciudad en un domingo de primavera. Varias veces tuvo que pedir disculpas a alguien por haberle arrollado literalmente, pero la ansiedad le hacía volar entre el gentío. Cuando dobló la esquina de su calle, estaba completamente sin aliento, pero él ni siquiera lo notaba, sólo sentía la necesidad de llegar, de llegar a tiempo…
Sacó las llaves del bolsillo del pantalón y con las prisas se las dejó caer dos veces hasta que por fin consiguió introducirla en la cerradura y hacerla girar. Sin esperar al ascensor, enfiló las escaleras veloz como una centella, saltando los escalones de dos en dos o de tres en tres, todo lo que sus piernas abarcaban. Por suerte vivía en un segundo, tras la carrera y en el estado de tensión en que se hallaba, no le quedaban muchas fuerzas. Al girar el último descansillo, una voz rompió el silencio.
-          ¡Ya estoy más que harto de ti! Si no estás conforme, vete con tu  madre, o donde te dé la gana.
Eran los del A. Buena gente, pero no se soportaban el uno al otro. Algunas veces, había tenido que venir la policía a poner paz porque la situación amenazaba con ponerse violenta. No habían tenido hijos y cada uno culpaba al otro de su frustración. Un día ella había cogido el pasavolante y no había vuelto. Él se había dado al alcohol hasta que una fría noche de enero, cuando volvía a casa con una cogorza de campeonato, se había quedado dormido en la acera para no volver a despertar. La vida, a veces, es un asco.
- Pues eso mismo voy a hacer, ¡desgraciado!, irme y no volver.
- Ahora mejor que mañana, inútil, ni siquiera has servido para tener un hijo.
Justo cuando pasaba por delante de la puerta, esta se abrió y una maleta salió volando, golpeando a Luis en pleno rostro. Ni siquiera le dio tiempo a reaccionar. El impulso le hizo trastabillar y retrocedió dos pasos. Al tercero, el suelo desapareció bajo sus pies, y cayó rodando escaleras abajo. Antes de llegar al rellano, ya estaba inconsciente.
 
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Oía voces en medio de la bruma, según volvía del limbo.
-          … conmocionado por el golpe, pero no tiene fracturas ni tampoco se ha observado ninguna anomalía que indique una lesión interna. El escáner no muestra ningún daño craneal, como puedes ver. ¡Hombre, está usted despierto!
Abrió los ojos, le dolía todo. Delante de él, un médico, que era el que estaba hablando, y a su lado uno de esos que están en prácticas. Estaba en la cama de un hospital. Recordó lo ocurrido.
- ¡Tengo que irme! ¡Mi mujer!
El médico le detuvo con un gesto de la mano.
- Estaba diciendo que ha tenido usted suerte de no romperse nada. Puede marcharse a casa pero le recomiendo un par de días de descanso sin ir a trabajar. Caerse de un andamio no es una cosa para tomársela a broma. Tómese un analgésico para el dolor durante una semana. Sus efectos personales están en el cajón de la mesilla. Buenos días… - y se dio media vuelta y salieron los dos por la puerta.
¿Cómo? ¿el andamio? Luis permaneció quince minutos en la cama antes de levantarse y vestirse. Mientras volvía a la realidad, revivía los detalles uno por uno. Todo había parecido tan real…
Se puso la ropa y fue a coger su reloj y su cartera. Cuando abrió el cajón de la mesilla allí estaba, sonriente, Michael Jackson.

2 comentarios:

  1. ¡Hace falta tener imaginación!!!!!!!!!!!!. Esto no me lo esperaba.
    Pero bueno después de todo esto, par aver al Michael Jackson..............Como que............
    Para otra vez nos pones al Carlos Baute, o algo parecido.
    Porque el Michael Jackson, el pobre, a mi siempre me dio miedo..
    Un abrazo.

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  2. Pues lo siento, mi querida Lía, pero Carlos Baute no es santo de mi devoción. Es poco probable que aparezca en uno de mis relatos, pero si la trama lo exige, lo haré.
    Un abrazo, campeona!!

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