viernes, 15 de noviembre de 2013

SOMBRAS (V) EN UNA SEMANA DE RESACA

     HOLA A TODOS
   EN ESTA SEMANA, TRAS LA PRESENTACIÓN, HA LLEGADO EL MOMENTO REDONDO. LA GENTE HA EMPEZADO A DECIRME QUE LE HA ENCANTADO MOLOBO, QUE QUÉ CHULADA (DEBE SER QUE ESPERABAN UNA PATA POR SER YO EL AUTOR, COMO SI STEPHEN KING NO HUBIERA TENIDO UNA PRIMERA NOVELA ALGUNA VEZ, Y NO ES QUE ME COMPARE CON ÉL, SOLO ERA UN EJEMPLO). PERO PODÉIS SEGUIR DICIÉNDOLO TODO EL TEIMPO QUE HAGA FALTA ¡¡SABE A GLORIA!!!
     Y AHORA OS DEJO CON EL NUEVO CORTE DE "SOMBRAS", QUE TAMBIÉN MERECE UNA OPINIÓN DE VEZ EN CUANDO, EL POBRE. NO HAGÁIS CABREAR A TAJIMA, QUE DA MUY MALA ESPINA, MUAJAJAJA!!!!
     HASTA PRONTO...
 
Susan se quedó petrificada, mirando a su hija como si la viera por primera vez. La expresión de Lorraine era de puro terror. Susan dejó el tenedor sobre la fuente y adoptó un semblante severo.
—¿Se puede saber qué te pasa? Tampoco es tan grave si le doy un bocado a la tarta ¿no? Ya sé que siempre te digo que es de mala educación empezar a comer antes de que todo el mundo se siente a la mesa, pero quizás en este caso podríamos hacer una excepción, si te parece.
Lorraine no supo qué contestar. Su mente trataba por todos los medios de inventar una excusa, algo que impidiera que su madre se metiera en la boca… aquello. «No los ve. Ella solo ve un pastel» pensaba, frenética, mientras buscaba las palabras, un motivo, una excusa.
            —No es eso… es solo que… bueno, yo… Debes estar cansada, mamá. Siéntate y deja que sea yo quien sirva la mesa, por favor —Lorraine iba improvisando a medida que trazaba una estrategia para hacerse con el control de aquella inmundicia que reposaba sobre la encimera—. ¿No te importa, mamá? ¿Me permitirás hacerlo por ti?
            Susan era, en ese instante, una de las personas más desconcertadas sobre la faz de la Tierra. No es que Lorraine no colaborase en las tareas del hogar, desde pequeña la habían educado para que lo hiciese. Lo que no terminaba de cuadrar era la sobrerreacción de su hija, el grito, la expresión de puro miedo.  Algo no iba bien y sabía que si le preguntaba directamente, Lorraine lo negaría todo. Había salido tan tozuda como ella misma. Pero desde luego iba a averiguar qué era lo que preocupaba a su hija o dejaría de llamarse Susan Harper.
            —Está bien. Si tan importante resulta para ti, te dejaré hacer de madre y servir la mesa. Adelante. No hay nada que debas contarme ¿verdad?
            Lorraine había recuperado la compostura de nuevo. La niña asustada había dado paso a la preadolescente de siempre, segura y sensata.
            —No sé a qué te refieres, mamá —Lorraine fingió una actitud de falsa indignación—. Solo se trata de que quiero hacerlo yo, pues tú siempre te ocupas de mis cosas, del trabajo, de las tareas de la casa... Solo quiero ayudar. Nada más.
            «Lo que suponía», pensó Susan. Ahora sí que estaba segura de que su hija ocultaba algo. Se removió en la silla, inquieta a causa de la incómoda sensación que se le estaba acumulando en el estómago. Por un momento se hizo evidente ante sus ojos que su niña ya no lo era tanto. ¿La había subestimado? ¿Tendría algún problema en la escuela y no había comentado nada para no preocuparla? Su cabeza empezó a girar, barajando las ideas más peregrinas: chicos, acoso, incluso drogas. Tenía que sonsacarla como fuese. No podría dormir esa noche con la duda rondando por su cabeza. Sería mejor seguirle la corriente de momento. Por muy madura que fuese, no dejaba de ser una niña y ella era una adulta. Al final tendría lo que quería.
            —Muy bien, hija. Juguemos a tu juego. Ya puedes servir unos refrescos y un buen trozo de ese apetitoso pastel para cada una. Prometo quedarme aquí quietecita.
            Lorraine miró a su madre durante un segundo. Ceder con tanta facilidad no era propio de ella. Se esforzó por adivinar qué era lo que su madre estaba tramando, pero no se le ocurría nada. Se dio media vuelta y sacó dos vasos de un armario, un par de servilletas y el brik de zumo de uva y piña de la nevera. Lo mejor era seguir con el plan. Después, ya saldría del brete como mejor pudiera.

7 comentarios:

  1. Las madres siempre intuimos las tramas jajaj
    A ver cómo sigue esta historia.
    Me alegro que Molobo te esté dando alegrías, que sea por mucho tiempo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Las madres siempre intuimos las tramas jajaj
    A ver cómo sigue esta historia.
    Me alegro que Molobo te esté dando alegrías, que sea por mucho tiempo.
    Un beso.

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  3. Las madres siempre intuimos las tramas jajaj
    A ver cómo sigue esta historia.
    Me alegro que Molobo te esté dando alegrías, que sea por mucho tiempo.
    Un beso.

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  4. Las madres siempre intuimos las tramas jajaj
    A ver cómo sigue esta historia.
    Me alegro que Molobo te esté dando alegrías, que sea por mucho tiempo.
    Un beso.

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    Respuestas
    1. Hola Kary!!!!! Me temo que esta madre aún ha de llevarse alguna sorpresa, muajajajá!!!!
      Besos

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  5. Ya habrá que despedirse de ellos ¿no os parece? Hay otras cosas esperando... ahí fuera (buhhhhh)
    Abrazos.

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