viernes, 9 de diciembre de 2011

MOLOBO PARTE VIII

    BUEN PUENTE A TODOS (LOS QUE LO TENGAIS)!!
    COMO LA INICIATIVA DE LA PLATAFORMA "LANZANOS" NO PARECE PROGRESAR, AL FINAL TENDRE QUE AUTOEDITAR MOLOBO JUNTO CON OTROS RELATOS. SI ALGUNO DE LOS QUE HABITUALMENTE LEEIS ESTE BLOG ESTA INTERESADO EN ADQUIRIR UN EJEMPLAR, PONEOS EN CONTACTO CONMIGO A TRAVES DEL CORREO ELECTRONICO Y OS DARE MAYOR INFORMACION. POR CUESTIONES MONETARIAS, LA TIRADA SERA CORTA Y QUIZAS NO HAYA EJEMPLARES PARA TODO EL MUNDO.
   VAMOS A POR UNA NUEVA ENTREGA DE LA NOVELA.
    HASTA PRONTO...

- Impresionante, sí. –la verdad era que había logrado captar mi atención, y ella era consciente de ello. Daba la sensación de controlar la atmósfera emocional de la habitación. No me había percatado, pero esa mujer irradiaba un magnetismo difícil de resistir, era como si se metiera dentro de ti calando hasta los huesos poco a poco. Me dejé llevar por el momento y decidí que no tenía nada que perder por escuchar su historia-.
- Veo que ahora captas la señal. Como te iba diciendo, también podía sentir los traumas de personas lejanas en la distancia… y en el tiempo. Descubrí que el dolor, el amor, la envidia, y otras muchas sensaciones de personas que habían muerto se quedan “flotando” en el ambiente mucho tiempo después de su muerte, especialmente cuando esos sentimientos fueron muy intensos durante su vida o en el momento de su muerte.
No podía creer lo que acababa de escuchar. Nunca había dado la mayor importancia a todos esos temas esotéricos, de fantasmas, ni tampoco creía que hubiese vida después de la muerte, mi fe se había extinguido muchos años atrás. Yo soy un hombre del siglo XXI, y todo aquello me sonaba a la caza de brujas medieval o a novela de terror barata.
- Es decir, que estás en contacto con los espíritus o fantasmas o lo que sea, de otras personas.
- No lo has entendido. No he dicho eso. No soy una médium ni nada que se le parezca. Soy sensible al rastro emocional que dejan las personas vivas y muertas. El de los vivos es mucho más fuerte y nítido, claro está, pero el de los muertos a veces, no todas, también permanece suspendido y yo lo percibo, pero no me comunico con ellos ¿comprendes lo que quiero decir?
- Supongo que sí. En fin, sigue. Aún no veo a dónde vas a parar
            - Cuando yo contaba doce años, y estoy hablando de hace más de medio siglo, estaba enamorada de Nathan Caine, un muchacho un poco mayor que yo que vivía enfrente de nosotros. Él también me dedicaba sonrisas y nos saludábamos cuando nos veíamos por la calle, piense que en aquélla época con quince años una ya estaba en edad de casarse, y el chico ya trabajaba con su padre en el campo y aceptaba trabajos ocasionales para ayudar a la economía de la familia. Así fue como empezó la historia de esta casa en la que vives ahora.
            - No me digas que viniste a vivir aquí con tu marido.
            - No seas impaciente. Todo a su debido tiempo. El alcalde del pueblo por aquel entonces, Emile Porter, propietario de muchas cabezas de ganado y a la sazón ostentador de un cierto nivel social, decidió que no podía seguir viviendo de alquiler, de modo que decidió construirse una casa en un lugar apartado, con una finca de gran extensión: ésta. Contrató a varios obreros del pueblo, entre ellos Nathan, y les prometió una buena paga si acababan el trabajito en poco tiempo. Por eso trabajaban fines de semana y hasta algunas noches. Lo primero que tuvieron que hacer fue desbrozar este claro que ves, puesto que el bosque aquí siempre ha sido especialmente denso y cerrado. Un domingo, después del oficio religioso, Nathan se vino a seguir talando árboles para así ganarse un extra, su familia era de las más modestas del pueblo y tenía siete hermanos y hermanas pequeños. Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer. Yo estaba ayudando a mi madre a recoger unas fresas del huerto, cuando la sensación me barrió como un ciclón dejándome atontada durante unos instantes. Debí decir algo, porque mi madre se volvió hacia mí.
            - ¿Cómo dices, cariño? ¿Qué Nathan ha hecho qué?
            - Ha muerto mamá. Nathan ha muerto.

7 comentarios:

  1. Decir "esperamos la IX" sería lo más motivador ... pues a ello. Lo que más me gusta es el aire fresco y las situaciones cercanas en que se desenvuelve la trama. A por ello, seguiré leyendo para introducirme más en la crítica.

    ResponderEliminar
  2. Tengo para mucho rato. ya he escrito el triple de lo que habeis visto, pero ya no queda mucho mas.
    no se quien eres, porque no has puesto nombre, pero gracias por los animos. reconforta saber que estais ahi.
    besos para tod@s

    ResponderEliminar
  3. ¿Y ahora qué???. La verdad es que se queda uno mirando para la pantalla cuando acabas de leer. Y como no somos tú, no podemos imaginarnos la continuación.
    Me imagino que cuando tenga el libro en mis manos, lo leeré de un tirón.
    Nos vas a tener por los hilos, hasta que llegue el episodio final.
    Un saludo fuerte.

    ResponderEliminar
  4. pues cada ves se ira poniendo mas emocionante.
    el inconveniente es que yo tengo tantas ganas como vosotros de que lo leais, pero si os lo doy todo ya no entrareis en el blog, asi que a a aguantar un poco mas...
    bien que lo siento, snif!

    ResponderEliminar
  5. ¡Hombre, tampoco es eso!!!. En mi blog, yo no cuento historias tan completas, no cuento historias, y la gente si que entra para ver lo que hay. Unos dejan su comentario, y otros no. Y si miras las estadísticas de la gente que lo lee, ¡te maravillarías, en cuantos paises se lee!!!.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Esa es la diferencia entre ser escritor "oficial" (=tú) y aficionado (=yo). en mi blog no entran si no hay historia. De todas formas, ahora que no nos oye nadie, te puedo pasar un anticipo un poco más grande si quieres y tienes un poco de tiempo para perder...
    Por cierto, ¿Dolores alcaide es amiga tuya?
    un abrazo, te voy a nombrar mi fan nº 1

    ResponderEliminar
  7. lola si que es amiga mía. Una buena mujer. Por lo menos, nos llevamos muy bien.
    Mira tienes que utilizar las redes sociales. Allí hay grupos de escritores, y de todo, pero lo que nos ocupa son los escritores. Así te conocen y saben quien eres.
    Yo no soy ningún profesional de la pluma. Soy profesional de la palabra. La pluma me la prestan Dios, la Vida, La Naturaleza, El Universo y La Luna. Y con ellos transcribo su lenguaje.
    Y para que te escuchen aquí abajo, tienes que peregrinar por las redes sociales y por más sitios...........pero primero, primerísimo, por las redes estas. Yo te puedo integrar en alguno de los grupos a los que pertenezco. Y luego tú solito te defiendes.
    ¡Ahhhhhhh!!! y de paso nos lo pasamos genial.
    El otro día puse yo a parir a los hombres en uno de los grupos, pregúntale a Lola qu etb estaba implicada. ¡Cualquier día me van a dar una paliza!!!.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar