viernes, 27 de enero de 2012

MOLOBO XV

   BUENOS VIERNES A TODOS!

   MOLOBO (LA NOVELA) YA ESTÁ TERMINADA. ESTE FIN DE SEMANA ACABARÉ LA ÚLTIMA CORRECCIÓN Y LA ENVIARÉ A UN EDITOR.

   SIN POR UNA VEZ EN LA VIDA HAY SUERTE, YA OS CONTARÉ.
    HASTA PRONTO

Al levantarme las piernas me fallaron. Gracias a Dios Joey estaba al lado y me sostuvo, devolviéndome a la camilla como un muñeco que no pesara nada. Me obligó a tumbarme de nuevo. En aquel momento puedo decir que sentí sobre mí todo el peso de la ley.
- Quédate quieto, caballero, nadie te ha dado permiso para desertar. Aquí la que manda es la doctora.
- No os preocupéis, simplemente ha tenido un síncope. Se recuperará en breve. Aparte de todo un rosario de arañazos y cortes, no tiene nada. Permanece unos minutos quieto, y después ya puedes levantarte, poco a poco, no de golpe.
- Pero es que hay que ir a…
- Hay que recuperarse y luego ir a donde sea –terció Anette-. Nos has dado un susto de muerte. Llevas un buen rato inconsciente –miró a la doctora y esta sonrió, cómplice-. Te trajo un hombre que dice que casi te atropella, saliste a la carretera sin mirar, como un animalillo del bosque.
- ¡El bosque! ¡Ahí es donde está! –empecé a gesticular, nervioso.
- Tranquilo, no te hagas el machote. Primero bebe un poco de agua y después nos explicas, ordenadamente, eso tan importante que no puede esperar –Rick me puso el vaso delante de las narices.
Bebí. Respiré. Pero no podía calmarme. En cuanto se disipó la niebla dentro de mi cabeza, todo regresó: la angustia en la oscuridad, la carrera, el esqueleto desparramado. Un escalofrió me sacudió igual que una descarga eléctrica.
- A ver, Indiana Jones de pacotilla, cuenta –dijo Joey-. ¿Qué hacías en el bosque prácticamente de noche? Hay que ser idiota para hacer eso. Con la de horas que tiene el día…
Anette le dirigió una mirada fulminante. Detecté el mensaje protector que había en ella y eso me reconfortó ¿Me estaba enamorando? ¿A mi edad?
Relaté lo que había sucedido lo mejor que pude. La intensidad de lo vivido hizo que en algunos momentos no pudiera seguir adelante. Ellos, pacientemente, me dejaron acabar la historia sin interrumpir, escuchando atentamente, sin hacer preguntas hasta el final. Para entonces, la expresión de asombro asomaba en sus rostros.
- ¿Y dices que encontraste huesos humanos? Mañana iremos a investigar. Ahora ya es de noche.
- Podías haber muerto. ¿Cómo se te ocurre ir tu solo? –me reprendió Anette.
- Nadie me había dicho que fuera peligroso…
- Tendremos que molestarte un poco, pero tu casa es el sitio mejor situado para acceder al estanque. De la cueva, sinceramente, yo jamás había oído hablar.
Cruzaron unas miradas y todos coincidieron en que nunca habían escuchado ninguna historia acerca de ella.
- No te preocupes –repliqué-, así tendré un poco de compañ…
- ¡Llevo una hora esperándote en tu oficina! ¿Dónde te habías metido?
Todas las cabezas se volvieron al unísono. La puerta se había abierto de repente y por ella entró una joven maquillada como una vampiresa y llena de piercings. Vestía unas sandalias de plataforma, una camiseta de hombrillos que dejaba a la vista el

1 comentario:

  1. Bueno, qué.............El editor ha dicho algo ya???.
    Yo estoy intrigada.
    La novela ya la conocemos, hasta hemos dado nuestra opinión sobre ella............Ahora falta la opinión del que en verdad tiene la autoridad de hacer que celebremos, el qu ehayas tenido la idea de escribirla.
    De todas formas, diga lo que diga, tu novela está aquí para los que como yo, tuvimos la gran suerte de leerla.
    Un abrazo y ¡mucha suerte!!!.

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