viernes, 14 de septiembre de 2012

JACK VUELVE (XIV) Y ÚLTIMA

   BUENAS TARDES
   EN ESTA SEMANA HAN FALLADO TRES CONCURSOS... Y NADA (BUF!), ASÍ QUE NO ME APETECE EXPLAYARME DEMASIADO.
   SÓLO MENCIONAR UN PAR DE COSAS DE INTERÉS: HAY UN NUEVO MICRO EN LA PESTAÑA "PUBLICACIONES". SE TITULA "REVANCHA" Y ESTÁ ESCRITO EN CLAVE DE HUMOR, PARA VARIAR. ESPERO QUE OS GUSTE.
   EN CUANTO A JACK VUELVE, BOY A TERMINAR DE ESCRIBIRLO TRANQUILAMENTE (ME DOY UN PAR DE MESES DE PLAZO) Y CUANDO LO TENGA HARÉ UN ARCHIVO CON PORTADA, ETC (MÁS O MENOS PRESENTABLE) Y LO REGALARÉ A TODOS AQUÉLLOS QUE LO SOLICITÉIS. ESTO QUIERE DECIR QUE NOS TOCA IR DE ESTRENO EL PRÓXIMO DÍA.
   LA SEMANA QUE VIENE ME LA VOY A TOMAR DE VACACIONES, QUE YA ESTOY UN POCO AGOTADO. NUESTRA PRÓXIMA CITA SERÁ LA SEMANA SIGUIENTE, AQUÍ EN EL BLOG, COMO SIEMPRE. GRACIAS ATODOS LOS QUE SEGUÍS HABITUALMENTE ESTA PEQUEÑA AVENTURA CONMIGO.
   OS ESPERO A LA VUELTA. UN ABRAZO.
 
—Hay una cosa que puede intentarse —el inspector enarcó una ceja, gesto habitual en él que denotaba el escepticismo más puro—. De todos es conocido el hábito de la dama por rodearse de personas… digamos ajenas a su condición social. Lady Faith tiene por costumbre relacionarse y alternar con gente perteneciente a cualquier clase social. De hecho, en repetidas ocasiones se ha rumoreado el choque que esta liberal costumbre le ha ocasionado con el tradicional Sir Richard.
—Explíquese, sargento. Creo que he perdido el hilo de sus pensamientos.
—No podemos entrar en su casa a la fuerza, pero quizás ella sea tan amable de invitarnos por su propia voluntad.
—Estupendo —afirmó con sarcasmo el inspector—. ¿Y cómo piensa usted convencerla, si se me permite la pregunta?
—Dejaremos que la naturaleza actúe, claro —se volvió y, a través del cristal de la puerta, se quedó mirando al agente Hedges. El joven había sido destinado a esa comisaría apenas un par de meses antes. Se trataba de la aproximación más perfecta que Pileggi hubiera conocido al ideal de belleza griego. Era alto, atlético y fornido. De cabello y tez morenas, sus ojos enmarcaban unos llamativos ojos azules y el conjunto venía rematado por una resplandeciente e irresistible sonrisa. De todos era conocido cómo las jóvenes suspiraban por él apenas pasaba por delante de ellas. La madre naturaleza se había esforzado en crear un perfecto reclamo sexual. Sin embargo, la envoltura engañaba. El agente Hedges era suspicaz e implacable en contra de lo que su aspecto de frívolo gigoló parecía sugerir—. Simplemente acercaremos los polos opuestos y dejaremos que el magnetismo actúe ¿le parece?
El inspector Higgs había seguido, incrédulo, la mirada del sargento. Una sonrisa maquiavélica asomó a sus labios.
—Es usted sorprendente, sargento. Jamás se me hubiera ocurrido utilizar este tipo de… recurso. De todas maneras, tendremos que seguir este asunto de cerca usted y yo. El agente Hedges es competente pero joven e inexperto. Nosotros somos perros viejos en estos lares. No quiero que todo quede bajo su responsabilidad ¿me entiende?
—Por supuesto, inspector. Le mantendré informado en todo momento. Déjelo en mis manos. Si la cosa no sale como está previsto, siempre podemos echarnos atrás ¿no?

2 comentarios:

  1. ¡caramba, a mí me parece que tiene una terminación un tanto tranquila y sosegada, para lo que me imaginaba. O a lo mismo es que me imaginaba demasiadas cosas..............extrañas.
    pero has quedado como todo un sr. de la literatura de este género.
    Cuando lo tengas hecho, si no te importa me dices como me puedo hacer con él. Quisiera leerlo de un tirón, y no por entregas.
    Un abrazo.

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  2. Hoooola!!!!
    Te apunto por supuesto.
    Este no es el final de la historia, es el final de lo que publico para no aburrir al personal.
    te apunto para cuando esté completo.
    Un beso

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