viernes, 19 de octubre de 2012

IDA... Y VUELTA (I)

   BUENOS VIERNES
   ESTA SEMANA OS TRAIGO LA PRIMERA PARTE DEL RELATO QUE QUEDÓ 2º  EN EL CONCURSO "EL CHALANÍN" DEL MUNICIPIO DE LAVIANA EN AUSTURIAS. ESPERO QUE OS GUSTE. LA SEMANA QUE VIENE NOS LEEMOS.
   HASTA PRONTO
 
 
IDA… Y VUELTA.
 
—¡ Pásame el nivel, Luis!
—¿Cómo?
—Hoy estás más p’allá que p’acá, me parece a mí…
Y era verdad, esa mañana se había levantado con la antena orientada en otra dirección, le hablaban y no se enteraba, así que al cabo de un rato los compañeros decidieron que era mejor dejarle en su mundo, ya volvería.
                 —Por cierto, ¿qué pasa con el arnés? ¿estáis reñidos?
    —No pasa nada Jaime –qué pesado era algunas veces el encargado de la obra- estamos en un primer piso y tengo cuidado dónde pongo el pie. Vale, ahora mismo me lo pon…
Justo entonces, Luis tropezó con un cubo y se cayó del andamio. Sólo fueron dos metros, suficiente para quedarse inconsciente. Al menos llevaba el casco, pensó en la décima de segundo que tardó en impactar contra la acera.
****
Al abrir los ojos estaba rodeado de un buen número de personas, y entre el barullo y el desconcierto al volver en sí, oyó:
—Déjenme pasar, soy médico.
De repente, notó que le tomaban el pulso, le palpaban la nuca, las costillas…
—Ha tenido usted suerte joven, podía haberle matado el coche, hay que mirar cuando uno cruza la calle.
¿Qué coche?¿Qué calle?¿Qué estaba diciendo aquel hombre? Le había llamado joven y era mucho más mayor que él. Se sentó en el suelo y echó un vistazo alrededor. Estaba donde había caído pero… la calle no era la misma, los escaparates, el tráfico, ¡los coches no eran normales!. El andamio no estaba allí, la obra que estaban llevando a cabo tampoco se veía por ninguna parte, ni hormigoneras, ni materiales, ni el personal…todo había desparecido, pero todo era muy familiar. Era la misma calle, él llevaba toda su vida viviendo en aquel barrio y la conocía bien, pero no era el mismo lugar donde estaba trabajando. Desconcertado, levantó la vista al hombre que le estaba atendiendo.
— No tiene nada roto. Váyase a casa y descanse, que para eso es domingo. Y la próxima vez mire el semáforo antes de cruzar.
Pero si hoy es martes… Algo no estaba es su lugar, pensó Luis para sí mismo. Además, allí no había semáforo desde hacía por lo menos diez años. De repente, una chispa de entendimiento saltó en su cabeza. Se volvió y miró cincuenta metros más atrás, en los mismos soportales donde se hallaba.
¡Pues claro, ahí estaba! La floristería de Doña Carmencita. Ya había encontrado la clave, pero no la explicación. ¿Estaría soñando? Desde luego, para ser un sueño, todo se veía muy real, especialmente el dolor de la espalda y de la cabeza. Doña Carmencita se murió hace siete u ocho años, y sus hijos vivían fuera en otras ciudades, así que vendieron el negocio y se acabó la floristería. Por eso todo le resultaba conocido, la ciudad era la misma pero hace ¿cuánto? ¿quince años?. Se levantó y se acercó al quiosco de la plaza, a la vuelta de la esquina. Al llegar, vio a Lorenzo (otro que estaba ya criando malvas) y saludó:
—Buenos días, vengo por el periódico.
—Pues claro, cójalo usted mismo.
Cuando fue a pagar, se dio cuenta de que el periódico costaba cien pesetas y en su cartera llevaba… ¡pesetas!. Esto era increíble. Estaba empezando a acostumbrarse a la nueva “experiencia” (a ver si luego, al despertar, se acordaba de todo). Miró la fecha del periódico: 26 de mayo de 1984. Pues no eran quince, eran veinte años. Empezó a sonreír, y decidió disfrutar de ese soleado día de primavera.

5 comentarios:

  1. ¡Mira tú por donde que algo parecido le pasó a otra persona que yo se!!!!!!!!!!!!!!. Solo fueron...............poquísimo tiempo,pero le pasó.
    ¡Menos mal que alguien de carne y hueso escribe algo parecidio!!!.
    Desde luego tienes una imaginación que ya, ya...............!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Un abrazo.

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  2. Bueno, bueno.
    Me alegro infinito por la edición de tu libro. Cuando tengas las portada y la dirección para adquirirlo, ya me lo pasarás para ponerlo aquí en el escaparate. De ahí a la fama, sólo hay un pequeño salto.
    Un abrazo

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  3. Mil gracias Vidal, y un enorme abrazo!!!!!!!!!!!!!.

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  4. Abre el Facebook y vota por el proyecto de mi pueblo. En mi muro tienes el enlace.
    Si ganamos nos dan 10.000€ y nos hacen mucha falta para poner al luz y el agua al colegio, al hospital y al pueblo de Kilela Balanda en El Congo.
    Mil gracias. Un abrazo fuerte.

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  5. Mañana sin falta lo hago. Hoy le toca a la nena.
    Un abrazo y suerte!!!

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