viernes, 28 de junio de 2013

JACK VUELVE XXX... CON UNA NUEVA DESILUSIÓN

   HOLA A TODOS
 
   YA TENÉIS LA NUEVA DIRECCIÓN DEL BLOG A VUESTRA DISPOSICIÓN:
 
 
   RECORDAD QUE LA ANTERIOR YA NO FUNCIONA!!!
 
   COMO HABÉIS LEIDO AL PRINCIPIO, HOY ME HE LLEVADO UNA NUEVA DESILUSIÓN. HA SALIDO LA SELECCIÓN PARA CALABAZAS EN EL TRASTERO: CREATURAS, Y TAMPOCO ESTABA YO. YA ES LA QUINTA VEZ QUE LO INTENTO SIN ÉXITO. NO SÉ SI PODRÉ SEGUIR CON ELLO MUCHO MÁS, LA VERDAD.
 
   EN FIN, APLANADOS POR EL CALOR COMO ESTAMOS, OS DEJO CON  JACK VUELVE. UN ABRAZO Y HASTA PRONTO.


Percy había registrado a conciencia el macizo de arbustos donde había observado movimiento, pero no había encontrado nada. Las plantas y las ramas de los árboles se agitaban a merced del viento produciendo un sonido susurrante que se le antojó inquietante por momentos.

            «Es normal que la vegetación se mueva, bobo», se dijo a sí mismo. Aún así, las sombras del jardín se le antojaron siniestras, como si le estuvieran vigilando.

—Te estás volviendo un poco paranoico, amigo —se dijo en voz alta con la esperanza de que el sonido de su propia voz le devolviera la tranquilidad—. Haz lo que has venido a hacer y márchate un rato al pub a tomar una cerveza. Con la luz del día los fantasmas huyen.

De modo que retornó al sendero principal y se dirigió hacia la puerta principal. Se sentía desasosegado y no podía explicar muy bien el motivo de su aflicción. Sentía que algo no marchaba bien. «Quizás todo es fruto de la desagradable situación con Constance» reflexionó. «No te va a aquedar más remedio que agachar las orejas y humillarte un poco si quieres arreglar las cosas con ella». Sí, eso es lo que iba a hacer. Al día siguiente haría una visita a Constance y le suplicaría que le escuchase, que solo había sido una aventura loca de un joven soltero, pero que era a ella a quien amaba y a quien quería como esposa y madre de sus hijos.

A punto estaba de subir la pequeña escalinata delantera cuando un portazo llamó su atención. Se trataba de la puerta lateral, la que usaba el servicio para abandonar la casa cuando su jornada diaria terminaba. «Es este maldito viento», refunfuñó para sí mismo. Hizo caso omiso y ascendió varios peldaños, cuando el estallido de un cristal hizo que le erizase el vello del cogote.

—Parece que los elementos no desean que llames a esta puerta, viejo —una vez más bajó la escalera y dirigió sus pasos hacia el lateral de la casa—. Ve a cerrar la maldita puerta a ver si ya puedes cumplir tu misión tranquilo. A este paso, saldrá el sol y no has podido dar tu recado —intentó hacer el chiste para sí mismo, pero no funcionó.

Nada más girar la esquina de la enorme casa, vio la puerta abierta, dando golpes por efecto del viento. Se acercó dispuesto a acabar de una vez con ese interminable rosario de interrupciones cuando vio una figura en el quicio de la puerta. Una figura humana.

Un segundo después no había nada. Percy pestañeó para cerciorase, pero la figura parecía haberse metido dentro de la casa de nuevo. O quizás no había sido más que una mala jugada causada por los juego de sombras de la noche.

Cuando llegó al lado de la puerta, comprobó por sí mismo que no había sido una alucinación. De las sombras salió un brazo con un enorme cuchillo en la mano y tras el brazo vino todo el cuerpo.

—Prefiero otro tipo de carne tierna, pero tú me servirás igual —la voz era gutural, desprovista de emoción.

Percy no pudo dar crédito a sus ojos. La pregunta que se alzó en su garganta fue segada al instante por el cuchillo. En su cuello se dibujó una delgada línea horizontal oscura que fue aumentando de tamaño a medida que la sangre se derramaba.

—No… puedes… —consiguió balbucir en medio del gorgoteo de sangre.

—Sí, claro que puedo —fue lo último que escuchó, mientras notaba un dolor lacerante a la altura del vientre. La mano que blandía el arma se movía con rapidez, mientras Percy notaba cómo la vista se le nublaba. Miró hacia abajo, solo para contemplar cómo sus intestinos se derramaban sobre el césped del jardín de los Thornton.

Medio minuto después, yacía muerto en el suelo. Su asesino se afanó durante un tiempo más en la tarea que tenía entre manos.

2 comentarios:

  1. Hay que manera de morir! Me dio impresión jaaj. Muy bueno! Gracias por compartir, un beso.

    ResponderEliminar
  2. UY KARY!!!! TENGO RELATOS CON MUERTES MUCHO PEORES, JEJE
    CELEBRO QUE TE GUSTE, PROBABLEMENTE CUANDO ACABE LO REGALE EN EPUB AL QUE LO QUIERA...
    GRACIAS POR ESTAR AHÍ. BESOS

    ResponderEliminar